Era una tarde cualquiera en Calle de la Verónica, y no sé bien a quién se le debió ocurrir la idea, pero Lola, Ire y yo decidimos que era el momento para ir a que nos leyeran las cartas.
Como siempre, bellísimo.
Gracias Daniel🤍🏷️
Como siempre, bellísimo.
Gracias Daniel🤍🏷️